(6/10) Decepcionante

Celebrando dos décadas de historia, la franquicia Call of Duty conmemora un aniversario más siendo el indiscutido máximo representante de su género. Recordado por sus campañas centradas en conflictos históricos y explorando su particular vision de lo que sería la guerra en el futuro, no hay duda de que la saga ha dejado una huella imborrable en millones de jugadores. En este contexto, llega Call of Duty: Modern Warfare III, en una especie de remake del clásico de 2011 para la nueva generación de consolas y PC, no estando exento de polémica, ya que hasta hace unos meses, los fanáticos esperaban, como mucho, un DLC para el exitoso Call of Duty: Modern Warfare II, sin embargo ahora nos enfrentamos a un título cuyo contenido no dista mucho de ser un simple contenido adicional pero con un precio de juego completo. Descubre en este análisis si efectivamente Modern Warfare III está a la altura de las expectativas que surgen al leer tremendo nombre.

Gracias a Activision Latinoamérica por el código para prensa usado en este análisis.

Ni siquiera los más fanáticos de Call of Duty pueden negar que una franquicia, inclusive teniendo una fórmula poderosa y un gran rendimiento comercial, pueden llegar a saturar y decepcionar si no se ejecutan o renuevan correctamente. Este nuevo Call of Duty: Modern Warfare III podría ser solo un síntoma más de este enfermadad que infecta a todas las franquicias largas, para entender esto, es necesario recordar el relanzamiento de Modern Warfare en 2019. En ese momento, la franquicia Call of Duty, aunque aún fuerte, mostraba señales de desgaste con una jugabilidad cada vez menos inspirada siendo afectada por otras alternativas que se unían a la moda de los battle royale. Sin embargo, el remake de Call of Duty 4: Modern Warfare, rebautizado como Call of Duty: Modern Warfare, sorprendió gratamente al público al ser anunciado, pues promería introducir un tono narrativo más serio, una jugabilidad realista y una ambientación táctica, presentando así el reinicio perfecto de la serie.

No obstante, todas aquellas buenas intenciones se desvanecieron con la introducción de skins coloridos basados en personajes famosos, armas de otros títulos y un cambio de enfoque hacia Warzone, la nueva gallina de los huevos de oro de Activision. Aún así, tres años después del lanzamiento del primer remake, llegaría el nuevo Modern Warfare 2 incorporando así mecánicas de batalla real, luchando por equilibrar una variedad abrumadora de contenidos y armas. Lamentablemente los lanzamientos de Black Ops Cold War y Vanguard, infectaron tan gradualmente Call of Duty, que sin querer darnos cuentas hizo que la franquicia regrese a su antiguo patrón. Es por eso, que los más optimistas veían que a pesar de esta integración fuerte con Warzone, Modern Warfare 2 podría beneficiarse de recibir contenido adicional a modo de DLC. A partir de esto, surgió la especulación inicial de que Modern Warfare 3 se vendería como una expansión, aunque rápidamente se confirmó como un juego independiente.

La decepción surge, porque en la práctica, Modern Warfare 3 no sabe definirse claramente como un DLC o un juego independiente. En ese sentido, y utilizando Modern Warfare 2 como su base, el juego impone a los jugadores la tediosa tarea de navegar a través de múltiples menús. Desde el inicio, los mensajes hacen referencia a Pases de Batalla y Eventos de Warzone, creando una experiencia confusa y familiar que carece de novedad. Las decisiones de optimización problemáticas, heredadas del relanzamiento en 2019, persisten, como el molesto proceso de actualización que requiere reinicios del juego. La interfaz simplista al final del proceso permite al jugador seleccionar misiones o cinemáticas, así como ajustar configuraciones, pero aún enfrenta inconvenientes, como la necesidad de reiniciar el juego para cambiar al modo multijugador o Warzone durante el acceso anticipado. Todos estos detalles, dejaron una mala impresión en los jugadores que pudieron probar anticipadamente el juego. Ahora con el juego completo en nuestras manos, debo agradecer que el juego permita descargar independientemente el modo campaña, aunque esto no lo salva de los problemas que presenta este aspecto del juego.

Al hablar de la campaña en un Call of Duty, se generan ciertas expectativas para un remake de Modern Warfare 3, algo que resultaba desafiante dada la especulación y crítica previas, aunque no imposible. Antes de comenzar a jugarlo por mi cuenta, solo contaba con la información de ciertos jugadores que criticaron su brevedad, estimada en alrededor de cuatro horas en dificultad estándar. Ya en el modo campaña, se percibe desde el inicio la escasa evolución con respecto a títulos anteriores, ya que Modern Warfare 3 no es exclusivo de la nueva generación de consolas o PC, careciendo de notables avances gráficos o tecnológicos. Aunque en la versión para PC se observan tiempos de carga prolongados y transiciones evidentes, junto con efectos de iluminación más simples, es crucial destacar que esta decisión no necesariamente constituye un aspecto negativo, ya que el juego en su conjunto sigue siendo disfrutable y visualmente atractivo.

Desafortunadamente, los problemas de Modern Warfare 3 no radican en cuestiones técnicas, sino creativas, y esto se evidencia desde las primeras escenas. A pesar de las destacadas actuaciones, el ritmo narrativo presenta serias deficiencias, con misiones de historia breves y personajes que se desplazan entre países con sorprendente facilidad, creando una sensación de apresuramiento. Al concluir cada nivel, los breves diálogos presentan el siguiente paso sin dejar espacio para la interacción del equipo ni para que el jugador se involucre con los problemas que surgen tan rápidamente. En cuanto al contexto narrativo, la trama reintroduce al terrorista Vladmir Makarov, quien escapa de una prisión de máxima seguridad con la intención de desencadenar una nueva guerra a escala global. Los agentes del Task Force 141 deben unir fuerzas con aliados internacionales para enfrentar la amenaza, aunque los eventos de Modern Warfare 3 no alcanzan la grandeza de su predecesor de 2011.

En cuanto a la jugabilidad, Modern Warfare 3 introduce algo novedoso para la franquicia: Misiones de combate abiertas. Estas secciones, en teoría, deberían otorgar al jugador mayor libertad para abordar los desafíos presentados, ya sea mediante combate o sigilo, utilizando las armas de su elección, todo mientras experimenta la acción cinematográfica típica de la franquicia. Sin embargo, en la práctica, estos escenarios parecen ser meros ensayos de los desafíos presentes en Warzone, con elementos como robots, autos y cajas de armas dispersos en un mapa extenso pero carente de vida, reutilizando numerosos elementos del propio Battle Royale. Un defecto de diseño significativo radica en la falta de riesgo en el combate, lo que limita las opciones para que el jugador lo evite, y escasas funciones de sigilo que, para los jugadores más discretos, se ven reducidas a armas silenciadas y opciones de ejecución a corta distancia, las cuales a menudo generan alertas inesperadas.

A pesar de la intención de las secciones de combate abierto en teoría de compensar la brevedad de la campaña de Modern Warfare 3 con rejugabilidad, el diseño carece de atractivo y no logra impresionar ni siquiera a los recién llegados a la franquicia. Rápidamente se percibe un ritmo metódico con objetivos dispersos, recolección de armas, resolución de problemas y escenas pre-renderizadas de pequeña relevancia, dejando de lado los momentos icónicos y guionados presentes en juegos anteriores. En la dificultad más alta, las misiones se prolongan debido al riesgo planteado por enemigos que eliminan al jugador con pocas balas, premiando la paciencia pero desacelerando el ritmo del juego. Aunque esto podría argumentarse como un elemento prolongador de la duración del juego, no debe considerarse favorable, ya que el modo resulta punitivo y poco divertido para gran parte del público.

A pesar de las oportunidades proporcionadas por las Misiones de Combate Abierto, las fases más destacadas siguen siendo las tradicionales, como la ambientada en la tundra, donde el jugador debe eliminar francotiradores camuflados en la nieve. Sin embargo, a pesar de la narrativa repetitiva, misiones simplistas y la carencia de momentos notables, la jugabilidad y el diseño crudo del rodaje demuestran ser competentes, brindando cierta diversión. El problema surge cuando la campaña concluye abruptamente, tras algunas horas artificiales de juego dependiendo de la dificultad, dejando una sensación de experiencia vacía e inolvidable en el mal sentido.

En resumen, la campaña de Call of Duty: Modern Warfare 3 carece de momentos destacables en su narrativa, presentando un guión apresurado y mal desarrollado, así como escenarios reciclados de Warzone, lo que cuestiona su justificación de precio. Aunque el modo narrativo no suele ser la principal razón para la compra de juegos de la franquicia, la incorporación cada vez mayor de elementos de Warzone en el modo multijugador y zombie plantea la posibilidad de que el lanzamiento sea más que un DLC muy caro para Activision, especialmente considerando que tenemos una alternativa gratuita. A pesar de contener buenas ideas, la campaña de Modern Warfare 3 parece no haber tenido suficiente tiempo para desarrollarse, desperdiciando el potencial del Modern Warfare original con su representación madura de los efectos de la guerra. La primera impresión de la campaña es negativa, dependiendo en gran medida de los modos multijugador para mantenerse, lo que hace que el nuevo Call of Duty se sienta no solo incompleto, sino mal planificado y tosco, sirviendo como un recordatorio público de las oportunidades perdidas.

CONCLUSIÓN

Call of Duty: Modern Warfare III está disponible ahora mismo en PC a través de Steam y Battle.net, en PlayStation 4|5, Xbox One y Xbox Series X|S. Puedes ver el tráiler de lanzamiento a continuación.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí