Castlevania Dominus Collection | Análisis (Nintendo Switch)

(8.5/10) ALTAMENTE RECOMENDADO

Desde su sorpresivo anuncio, la emoción por el Castlevania Dominus Collection ha sido alta. No solo por el estatus legendario que los títulos de Nintendo DS poseen entre los fanáticos de la saga, sino también por la creciente tendencia de Konami de portar sus clásicos a plataformas modernas. Tras el éxito de Castlevania Advance Collection, el clamor por ver a los tres títulos de DSDawn of Sorrow, Portrait of Ruin y Order of Ecclesia – en Nintendo Switch se hizo más grande desde entonces, y aunque la espera ha sido larga, el producto final no podría dejar satisfecho a todos tanto en términos de nostalgia como de funcionalidad.

Gracias a Konami Latinoamérica por el código para prensa usado en este análisis.

La colección tiene como objetivo principal ofrecer a los jugadores una experiencia lo más cercana posible a los títulos originales, pero con algunas mejoras en calidad de vida que aseguren su disfrute en una consola moderna. En su núcleo, estamos ante tres Metroidvanias que, aunque comparten una base jugable, cada uno ofrece particularidades suficientes como para destacar por separado. Lo primero que hay que aplaudir es cómo la colección ha sido optimizada para la Switch, especialmente en términos de interfaz. Aunque la adaptación de la doble pantalla de DS a la consola híbrida presenta sus retos, Konami ha hecho un trabajo admirable, permitiendo configuraciones flexibles que permiten disfrutar de la experiencia sin comprometer el flujo de juego.

Uno de los principales atractivos es cómo se ha manejado la disposición de las pantallas. La posibilidad de dividir la pantalla en tres partes – dos pequeñas para la información del mapa y estadísticas, y una principal para la acción – es una de las opciones más interesantes, pero también una de las más divisorias. En modo portátil, la cantidad de información visual puede volverse abrumadora, y si bien esta configuración refleja fielmente la experiencia original de DS, puede resultar incómoda. Afortunadamente, existen opciones alternativas que permiten optimizar la experiencia visual, pero en este sentido, la colección deja entrever que ciertos títulos fueron diseñados para un hardware muy particular, lo que inevitablemente afecta la forma en que se trasladan a nuevas plataformas.

En términos de fidelidad gráfica, los tres juegos han envejecido bien, aunque con algunos altibajos. La resolución más alta en la pantalla principal es nítida, y los escenarios se ven muy bien en Switch. Sin embargo, ciertos elementos, como los retratos de personajes en Dawn of Sorrow, pierden calidad al verse estirados, resultando en imágenes borrosas que contrastan con el pulido general de la experiencia. Este problema no es menor, ya que el arte en Dawn of Sorrow es una de las principales críticas históricas de los fanáticos, con el cambio del estilo gótico de Ayami Kojima a un estilo anime que, si bien fue popular en su época, se siente fuera de lugar en el contexto de Castlevania. A pesar de ello, los entornos del juego siguen siendo un deleite visual, con detalles que destacan en la alta resolución de Switch.

Pasando a las características adicionales, Castlevania Dominus Collection brilla con una serie de extras que los fanáticos agradecerán. Desde los manuales digitales hasta el arte conceptual y un completo compendio de enemigos y objetos, esta colección tiene como objetivo preservar no solo los juegos, sino también el legado histórico de cada uno. El reproductor de música es un buen toque, y permite a los jugadores disfrutar de algunas de las mejores composiciones de la franquicia. Sin embargo, aunque estas características son bienvenidas, su inclusión se siente algo superficial en comparación con otras colecciones retro que ofrecen comentarios de desarrolladores o documentales sobre la creación de los juegos.

Uno de los principales puntos de conversación sobre esta colección es cómo cada título se siente diferente, a pesar de compartir una base común. Dawn of Sorrow, por ejemplo, destaca por ser una secuela directa de Aria of Sorrow, lo que lo convierte en el juego más narrativamente dependiente del grupo. Si no has jugado Aria, gran parte de la trama te parecerá desconcertante o, peor aún, irrelevante. El sistema de «Tactical Souls«, que te permite obtener habilidades de los enemigos derrotados, sigue siendo uno de los aspectos más adictivos del juego, pero su implementación de la pantalla táctil, aunque innovadora en su momento, es donde Dominus Collection tropieza un poco. La necesidad de dibujar sellos en los enfrentamientos con jefes era un sello distintivo de la versión DS, pero la transición a la pantalla táctil de la Switch o el uso de combinaciones de botones no es tan fluida como cabría esperar, y en ocasiones puede romper el ritmo del combate.

Portrait of Ruin es quizás el más accesible de los tres títulos, y para muchos, el más entretenido. Su enfoque en la cooperación entre los personajes de Jonathan y Charlotte añade una capa táctica interesante, aunque la IA del compañero sigue siendo problemática. La variedad de escenarios a los que puedes acceder a través de los cuadros es refrescante, ofreciendo una amplia gama de entornos que ayudan a evitar la fatiga de explorar un solo castillo. Sin embargo, el sistema de compañeros, aunque ofrece cierta frescura, nunca alcanza su máximo potencial, y sufre de un desequilibrio en las habilidades de combate, con Charlotte relegada a ser más útil como soporte que como un personaje verdaderamente viable en combate.

Order of Ecclesia, por su parte, es el más desafiante de los tres juegos y se distancia de los títulos anteriores al ofrecer un enfoque mucho más centrado en la habilidad y el aprendizaje de patrones de ataque. Shanoa, la protagonista, no solo debe dominar el uso de los glifos – un sistema que permite obtener habilidades de los enemigos – sino también aprender a utilizarlos de manera eficiente en combate. Esto convierte a Order of Ecclesia en una experiencia más estratégica y meticulosa, pero su diseño de niveles iniciales lineales puede desanimar a los jugadores que esperan la apertura tradicional de los Metroidvanias. Afortunadamente, el juego compensa esta rigidez inicial con una curva de dificultad bien diseñada y escenarios que se vuelven más expansivos y desafiantes a medida que avanzas.

La inclusión de Haunted Castle y Haunted Castle Revisited como extras es un detalle agradable, aunque no particularmente emocionante. Son más curiosidades históricas que juegos que merezcan una atención prolongada, pero para los completistas o aquellos interesados en la evolución de la saga Castlevania, son un buen complemento.

Finalmente, Castlevania Dominus Collection es, en su núcleo, un regalo para los fanáticos de la serie, y una excelente oportunidad para que nuevos jugadores experimenten tres de los mejores Metroidvanias de la DS. Si bien la transición a Switch no es perfecta, con algunos problemas menores en la implementación de las mecánicas de la pantalla táctil y ciertos elementos visuales que no han envejecido bien, los juegos en sí siguen siendo tan adictivos y disfrutables como lo eran en su lanzamiento original. Las mejoras de calidad de vida, como la reasignación de controles y las múltiples opciones de visualización, aseguran que la experiencia en Switch sea lo más cercana posible a la original, con suficiente flexibilidad para adaptarse a diferentes estilos de juego.

CONCLUSIÓN

Castlevania Dominus Collection está disponible ahora mismo en todas las consolas de la familia Nintendo Switch, en PlayStation 5, Xbox Series X|S y PC a través de Steam. Puedes ver el tráiler de lanzamiento a continuación.