Finalmente después de tantas peleas en redes sociales por decisiones de casting y actitudes pasivo agresivas de parte del elenco hacia los fanáticos, y viceversa, llega la adaptación de Cowboy Bebop, y gracias a Netflix pude ver la primera temporada para realizar este análisis. Así que… Okay, 3…2… ¡NO!, no leerás aquí el intro de Tank! Para eso tienes cientos de reseñas en internet.
El live-action en general resulta irregular en cuanto a escenas de acción, desde el primer minuto sientes que tratan de generar impacto con un inicio mucho más dinamico en comparación con el anime, pero no logra su cometido y en cambio podría alejar al espectador o provocar que de «skip» unos segundos para saber a dónde quieren llegar con esta secuencia, no describiré más de la acción, porque como adelantes es irregular, y en ciertos momentos si logra destacar, sobre todo cuando no intenta imitar al producto original.
Otro detalle que le resta a la adaptación son los personajes secundarios, en particular los antagonistas, nuevamente la serie se muestra irregular y tanto la dirección como el guion le da muchas más herramientas al trío de protagonistas para destacar, con diálogos de comedia bastante bien logrados, a diferencia de Vicious y Julia cuyas personalidades se disuelven muy rápido, felizmente las dinámicas entre el primero y Spike si están bien escritas y son más que entretenidas.
Lo mejor de la adaptación sin duda son Spike, Faye y Jet, y es sorprendente lo bien que entendieron a los personajes, desde como interactúan durante las escenas de pelea, hasta en aquellos momentos en los que se detienen para discutir en la Bebop son sumamente divertidos, y logran sostener estos diez primeros episodios, aún así será interesante ver si los escritores son capaces de darla más protagonismo a las naves y escenas de vuelo espacial, elementos que si supo balancear el anime.
Por último, hay que agradecer de pie la decisión de traer de vuelta a Yoko Kanno como compositora principal de la banda sonora, ya que la música sigue siendo el vehículo por el cual transcurren las historias de la tripulación en sus aventuras como cazarrecompensas, y aunque las piezas musicales sigan siendo básicamente las mismas, se vuelve un claro ejemplo de que si algo no está roto, no hay porque arreglarlo.
En conclusión, Cowboy Bebop de Netflix logra diferenciarse de su contraparte animada aportando un tono y estilo de narración propio que aprovecha el carisma de su protagonistas para contar historias ya conocidas por los fanáticos del anime, lamentablemente no puede evitar fallar en aquellos momentos en los que el live-action trata de homenajear al producto original; aún así, el cariño que los responsables de esta adaptación han puesto en la construcción del mundo, hace que quiera seguir viendo la serie solo para descubrir que otro camino podrían tomar los escritores en una eventual segunda temporada que siga expandiendo este universo lleno de naves y vaqueros.
La primera temporada de Cowboy Bebop está disponible ahora mismo en Netflix.