(8/10) RECOMENDADO
En la entrega más reciente de Assassin’s Creed, titulada Shadows, Ubisoft ha dado un giro inesperado a la franquicia al sumergirnos en un relato más personal y filosófico. A diferencia de las entregas anteriores, que se centraban en el conflicto global entre Asesinos y Templarios, Shadows presenta una narrativa profundamente introspectiva, explorando el destino, la justicia y la redención. En lugar de ser solo una historia de lucha épica, se nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de las decisiones y sus consecuencias, todo mientras jugamos como Naoe, una shinobi, y Yasuke, un guerrero de honor. A lo largo de este análisis, exploraremos cómo el juego se desmarca de la tradición de la saga al ofrecer una experiencia diferenciada a través de sus dos protagonistas.
Gracias a Ubisoft Latinoamerica por el código para prensa usado en este análisis.
Ubisoft ha llevado la franquicia Assassin’s Creed a una nueva dirección con Shadows, una entrega que se sumerge en el Japón feudal del siglo XVI para contar la historia de dos protagonistas con trayectorias muy distintas: Naoe, una shinobi impulsada por la venganza, y Yasuke, un samurái de origen africano que lucha por su lugar en una sociedad hostil. Con un sistema de juego que combina el sigilo más refinado de la saga con combates brutales, Shadows ofrece una experiencia inmersiva que, si bien tiene momentos de brillantez, también presenta fallos en su ejecución que afectan la fluidez y el balance de la aventura. A lo largo de este análisis, exploraremos tanto los aciertos como los puntos débiles de esta ambiciosa entrega.
Naoe, como shinobi, enfatiza el sigilo y la agilidad. Su jugabilidad se centra en la infiltración, el uso de herramientas ninja como shurikens, bombas de humo y garfios para moverse verticalmente. La fluidez con la que se desplaza por los tejados y se oculta en la maleza recuerda a los mejores momentos de Assassin’s Creed Brotherhood. Yasuke, en cambio, es un tanque en combate. Su enfoque es el de un samurái tradicional, con ataques devastadores y una resistencia superior. Esta diferencia en los estilos de juego no solo afecta el combate, sino también la exploración: mientras Naoe puede escalar y deslizarse con facilidad, Yasuke debe encontrar rutas más directas, pero cuenta con la fuerza para romper puertas y enfrentarse de frente a grandes grupos de enemigos.
La narrativa de Assassin’s Creed Shadows se centra en el destino entrelazado de Naoe y Yasuke, dos personajes con motivaciones y trasfondos radicalmente opuestos. Naoe, hija de un maestro ninja asesinado por fuerzas traicioneras, emprende un camino de venganza que la lleva a cuestionar su propósito y los límites de su moralidad. Su viaje es una espiral de violencia y desesperación, donde cada paso que da hacia la justicia parece hundirla más en la oscuridad de su propia ira. A lo largo del juego, Naoe se enfrenta a dilemas difíciles: ¿su sed de venganza realmente traerá paz a su alma, o solo perpetuará el ciclo de violencia?
Por otro lado, Yasuke es un samurái extranjero que ha logrado una posición de respeto en el Japón feudal, pero que sigue luchando contra la discriminación y la duda sobre su lugar en esta tierra. Su historia no es de venganza, sino de búsqueda de identidad. Mientras Naoe actúa desde las sombras con un enfoque letal y meticuloso, Yasuke se enfrenta a sus enemigos con una brutalidad imparable, defendiendo su honor con cada golpe de su katana. Su viaje se entrelaza con el de Naoe en una alianza tensa que se ve constantemente desafiada por sus distintas visiones del mundo y el conflicto que azota al Japón de la época.
Si bien la historia ofrece momentos de gran dramatismo y profundidad emocional, la trama puede sentirse predecible en ciertos puntos, especialmente en lo que respecta a la historia de venganza de Naoe. Aunque sus motivaciones son claras, el desarrollo de su arco narrativo sigue una estructura bastante convencional dentro del género de los relatos de shinobis, lo que podría restarle impacto a ciertos momentos clave de la historia. Además, Yasuke, a pesar de ser un personaje fascinante, en ocasiones se siente menos desarrollado en comparación con Naoe, lo que hace que su presencia en la trama parezca más funcional que verdaderamente explorada.
Uno de los mayores atractivos de Assassin’s Creed Shadows es la dualidad en su jugabilidad. Naoe es la representante del sigilo y la agilidad, usando su velocidad, trampas y técnicas ninja para evitar enfrentamientos directos. Su estilo de juego es el más cercano a las raíces de la saga, donde la paciencia y la planificación son clave para el éxito. En contraste, Yasuke es un guerrero que se lanza de frente al combate, usando su fuerza bruta y técnicas samuráis para acabar con sus enemigos en enfrentamientos directos.
Sin embargo, a pesar de la intención de Ubisoft de ofrecer dos estilos de juego bien diferenciados, el balance entre ambos no está del todo logrado. El combate de Yasuke, aunque satisfactorio en términos de impacto y brutalidad, puede volverse monótono con el tiempo, ya que el juego incentiva el uso repetitivo de ciertas mecánicas sin ofrecer suficientes variaciones en los enfrentamientos. Por otro lado, el sigilo de Naoe es más desafiante y, en ocasiones, punitivo, con enemigos que tienen patrones de detección inconsistentes y una IA que oscila entre ser demasiado predecible o injustamente precisa.
Este desequilibrio se hace aún más evidente en algunas misiones donde el juego parece favorecer un enfoque sobre el otro. En momentos clave, se siente como si la jugabilidad estuviera diseñada más para Naoe que para Yasuke, lo que podría hacer que los jugadores que prefieren la acción directa sientan que su experiencia es menos pulida o satisfactoria.
Uno de los puntos más débiles del juego es la inconsistencia en la inteligencia artificial de los enemigos. En algunas ocasiones, los guardias pueden detectar al jugador desde distancias poco realistas, mientras que en otras parecen ignorar acciones sospechosas que deberían alertarlos de inmediato. Este problema afecta principalmente a las secciones de sigilo, donde la sensación de desafío puede verse empañada por comportamientos erráticos de la IA. Además, aunque el juego presenta una variedad de misiones principales interesantes, algunas de las actividades secundarias caen en la repetitividad. Varias de las misiones de asesinato y sabotaje siguen una estructura similar sin muchas variaciones, lo que puede hacer que la exploración del mundo pierda frescura tras varias horas de juego.
El diseño del mundo abierto de Assassin’s Creed Shadows es impresionante, recreando el Japón feudal con un nivel de detalle asombroso. Los desarrolladores han puesto un gran énfasis en la ambientación histórica, asegurándose de que cada aldea, castillo y bosque se sienta auténtico. Sin embargo, algunos aspectos afectan la exploración, como la vegetación densa que, en lugar de facilitar el sigilo, a veces se siente como un obstáculo innecesario que limita la movilidad del jugador. Además, la interacción con el entorno sigue siendo algo limitada, con pocos elementos destructibles o formas de modificar el escenario a nuestro favor.
Uno de los problemas recurrentes en el mundo abierto es el follaje. A pesar de su belleza visual, muchas veces interfiere con la visibilidad y el movimiento del personaje. En sigilo, esto puede ser una ventaja, pero en combate abierto con Yasuke, la vegetación densa dificulta la lectura de los enemigos y sus ataques. En un juego donde la estrategia en el combate es clave, esto puede volverse frustrante. Además, los desarrolladores han optado por un sistema de colisión que impide atravesar ciertos arbustos y zonas de maleza, reduciendo las opciones de escape y afectando la fluidez del juego.
El uso del caballo también presenta problemas. Aunque es una adición bienvenida para la exploración, el sistema de monta se siente torpe en espacios cerrados y la IA de los enemigos no reacciona de manera realista a su presencia. En juegos como Red Dead Redemption 2, los caballos tienen un comportamiento mucho más natural y convincente, mientras que aquí su implementación parece más un medio de transporte rápido que una parte integral de la experiencia.
CONCLUSIÓN
Assassin’s Creed Shadows es una entrega ambiciosa que logra ofrecer una experiencia inmersiva y jugable rica en matices, pero que también presenta problemas de balance y ejecución. La historia de Naoe y Yasuke es cautivadora, aunque no exenta de clichés y ciertos problemas de desarrollo de personajes. La jugabilidad, aunque diversa, sufre de un desequilibrio entre los dos protagonistas, lo que puede afectar la experiencia dependiendo del estilo de juego preferido por cada jugador. Sumado a problemas técnicos y una inteligencia artificial inconsistente, Shadows no es el juego perfecto que muchos esperaban, pero sigue siendo una adición valiosa a la franquicia, especialmente para aquellos que han esperado durante años una entrega ambientada en el Japón feudal. A pesar de sus fallos, su ambientación magistral y la dualidad de estilos de juego hacen que Shadows sea una experiencia recomendable para los fanáticos de la saga y los amantes de la historia japonesa.
Assassin’s Creed Shadows está disponible en PC a través de Ubisoft Connect y Steam, en PlayStation 5 y Xbox Series X|S. Puedes ver el tráiler de lanzamiento a continuación.