(7/10) RECOMENDADO
Cacería Sangrienta, conocida como Wake Up en inglés, es una de esas películas que logra capturar la esencia del horror contemporáneo, fusionando elementos clásicos del género slasher con una crítica mordaz a la generación actual y su activismo. La premisa es simple pero efectiva: un grupo de jóvenes activistas decide vandalizar una tienda de artículos para el hogar en un acto de protesta contra el consumo desmedido y la deforestación. Lo que comienza como una aventura temeraria se convierte rápidamente en una pesadilla cuando descubren que el guardia de seguridad, un hombre perturbado con tendencias homicidas, ha convertido la tienda en su terreno de caza personal. Con esta sinopsis, Cacería Sangrienta parece una película de terror más, pero bajo la dirección del colectivo RKSS, se convierte en una exploración sombría y brutal de las tensiones sociales y generacionales.
Desde el inicio, la película establece un tono de urgencia y peligro. RKSS, el trío de cineastas canadienses compuesto por François Simard, Anouk Whissell y Yoann-Karl Whissell, es conocido por su habilidad para mezclar nostalgia ochentera con comentarios sociales actuales. Con Cacería Sangrienta, han dado un paso adelante al abandonar gran parte del estilo visual que los hizo famosos en Turbo Kid y Summer of 84, optando por una estética más cruda y directa. Esto se refleja no solo en la cinematografía, sino también en la narrativa, que deja de lado el humor para centrarse en el horror puro y la desesperación.
Uno de los aspectos más destacados de Cacería Sangrienta es su enfoque en la ambientación. La tienda de muebles, similar a un SODIMAC, se convierte en un personaje más en la historia. Los pasillos laberínticos, las vitrinas llenas de objetos aparentemente inocuos y los vastos espacios vacíos crean un entorno claustrofóbico que amplifica la sensación de peligro. Este uso del espacio se ve potenciado por la habilidad del guardia de seguridad, interpretado con una intensidad inquietante por Turlough Convery, quien transforma la tienda en un campo de caza lleno de trampas ingeniosas y herramientas improvisadas de muerte. La película aprovecha al máximo su escenario, utilizando elementos cotidianos como cuchillos de cocina, mesas de comedor y herramientas de bricolaje para orquestar escenas de asesinato que son tan creativas como aterradoras.
En cuanto al desarrollo de personajes, Cacería Sangrienta se aleja de los clichés habituales del género slasher. Aunque los jóvenes activistas podrían haber sido retratados como simples estereotipos, la película se esfuerza por darles una dimensión adicional. A pesar de sus defectos y sus motivaciones a veces cuestionables, los personajes son lo suficientemente complejos como para que el espectador se preocupe por ellos. Sin embargo, es innegable que la verdadera estrella de la película es el villano. Kevin, el guardia de seguridad, es un antagonista formidable, cuya rabia y sadismo lo convierten en una figura aterradora. Su falta de máscara o disfraz, a diferencia de muchos villanos del género, hace que su brutalidad sea aún más impactante. No es un monstruo oculto en las sombras, sino un ser humano con el que cualquiera podría cruzarse en la vida real, lo que aumenta el impacto psicológico del filme.
La violencia en Cacería Sangrienta es gráfica y sin concesiones, lo que podría resultar perturbador para algunos espectadores. Sin embargo, esta brutalidad no es gratuita. Cada muerte está cargada de significado, sirviendo tanto para avanzar en la trama como para subrayar el mensaje central de la película. La película no se limita a mostrar violencia por el simple hecho de hacerlo, sino que utiliza cada acto de horror para explorar temas más profundos, como la desconexión entre generaciones, la hipocresía del activismo moderno y la desesperación que puede surgir de un mundo en crisis. Esta combinación de horror físico y psicológico es lo que hace que Cacería Sangrienta sea una película tan efectiva y memorable.
Además de su narrativa y sus personajes, Cacería Sangrienta destaca por su subtexto social. La película es, en muchos sentidos, una crítica a la generación Z y su forma de activismo. Los jóvenes protagonistas, que comienzan la historia con una causa noble, son rápidamente retratados como activistas superficiales, más interesados en la validación en redes sociales que en un cambio real. Esta crítica se siente particularmente relevante en un momento en que las protestas y los movimientos sociales son cada vez más visibles en línea. Sin embargo, la película también deja claro que esta superficialidad no es exclusiva de los jóvenes, sino que es un síntoma de una sociedad más amplia que valora la apariencia por encima de la sustancia.
A medida que la trama avanza, Cacería Sangrienta se vuelve cada vez más oscura y desesperanzadora. Los personajes, que al principio parecen tener el control, se encuentran rápidamente superados por la brutalidad de su oponente. Este cambio de poder se refleja en la cinematografía, que pasa de ser brillante y colorida a oscura y opresiva. La banda sonora, compuesta por sintetizadores y sonidos industriales, refuerza esta atmósfera de desesperación, creando un ambiente tenso que mantiene al espectador al borde de su asiento hasta el final.
El desenlace de Cacería Sangrienta es tan sombrío como el resto de la película. Sin revelar demasiado, es suficiente decir que aquellos que esperan un final feliz o una resolución catártica se sentirán decepcionados. La película es implacable en su visión de un mundo donde la violencia y la desesperación son las únicas constantes. Este enfoque puede resultar difícil de digerir para algunos, pero es precisamente esta dureza lo que hace que Cacería Sangrienta sea una película tan poderosa. No es una película que ofrezca respuestas fáciles o consuelo, sino una que obliga al espectador a confrontar la oscuridad tanto en la pantalla como en la sociedad.
En resumen, Cacería Sangrienta es una película de terror que logra sobresalir en un género saturado. Con su combinación de horror visceral, crítica social y personajes complejos, ofrece una experiencia cinematográfica que es tan inquietante como gratificante. Bajo la dirección de RKSS, la película no solo cumple con las expectativas de los fanáticos del horror, sino que también ofrece un comentario incisivo sobre la cultura contemporánea. Puede que no sea una película para todos, especialmente para aquellos que prefieren el horror más ligero o menos explícito, pero para aquellos que están dispuestos a enfrentar la brutalidad de su visión, Cacería Sangrienta es una película que no se olvidará fácilmente.
CONCLUSIÓN
«Wake Up» es una intensa y brutal película de terror que, a través de su crítica social y su violenta narrativa, ofrece una experiencia visceralmente perturbadora; si bien su enfoque implacable y falta de redención pueden no ser para todos, su originalidad y la maestría de RKSS en el manejo del horror la convierten en una obra memorable que desafía las convenciones del género.
Cacería Sangrienta llega a los cines peruanos este jueves 29 de agosto. Puedes ver el tráiler a continuación.