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Desafiantes (Challengers) | Análisis

(8/10) Altamante recomendado

Desafiantes (Challengers), dirigida por el talentoso Luca Guadagnino, se aventura en un terreno familiar para el cineasta: el de las pasiones humanas y las complejidades del amor y la competencia. Sin embargo, a diferencia de sus obras anteriores que se adentraban en terrenos íntimos y a menudo sensuales, Desafiantes se enfrenta a un partido de tenis que se convierte en un campo de batalla emocional, donde los corazones se desgarran con cada rebote.

El director nos sumerge en la vida de Art (Mike Faist) y Patrick (Josh O’Connor), dos ex compañeros y amigos de la infancia cuya relación se narra tanto dentro como fuera de la cancha de tenis. Ambos actores representan la tensión que surge cuando chocan la amistad y la rivalidad, creando un duelo de personalidades y carismas que resulta interesante incluso cuando el guion de Justin Kuritzkes toma direcciones inesperadas y poco lógicas para el espectador.

En ese sentido, Desafiantes nos invita a mirar más allá de los golpes de raqueta y las jugadas, presentándonos también un triángulo amoroso bastante complejo con la adición de Tashi (Zendaya), cuya presencia seductora añade una perspectiva adicional llena de intriga y pasión. La película utiliza inteligentemente el contexto del tenis para explorar temas más profundos como el deseo, la traición y la autoaceptación. Guadagnino sabe jugar este partido emocional, llevándonos en un viaje a través del tiempo y la narrativa, como si cada movimiento de raqueta fuera un paso más hacia el corazón de sus personajes.

Lo más interesante de Desafiantes radica en su capacidad para trascender las expectativas generadas por la temática y el contexto. A pesar de ser etiquetada como un thriller erótico, la película no se contenta con explorar lo obvio; en cambio, busca capturar la esencia misma de la lucha humana, ya sea en una cancha de tenis o en el juego de las relaciones. En este sentido, el trabajo de Guadagnino evoca los primeros días de su carrera, donde la belleza y el dolor se entrelazaban en una danza cinematográfica inolvidable.

Todo esto es impulsado por un gran trío de actores jóvenes. Faist, tan solo con su presencia, nos lleva a través de los altibajos emocionales de su personaje, mientras que O’Connor ofrece una actuación sutil pero impactante que revela capas ocultas de dolor y deseo. Zendaya, aunque algo desafiada por el guion, brilla en los momentos clave, creando en Tashi una mezcla de seducción y misterio que mantiene al público intrigado.

La música de Trent Reznor y Atticus Ross es otro punto a resaltar, pues cuando Guadagnino sabe usarla, añade una capa adicional de emoción a cada escena, funcionando para representar lo poderosas que son aquellas pasiones que se encuentran bajo la superficie. Por su parte, la cinematografía de Sayombhu Mukdeeprom captura la intensidad del deporte, transformando la cancha de tenis en un escenario cargado de estilo, pero sobre todo de emoción y drama.

Sin embargo, Desafiantes no es inmune a las críticas, y la mayor de estas es que la película pierde impulso en su segunda mitad, donde las relaciones se vuelven menos convincentes y el drama se vuelve predecible. Guadagnino utiliza la banda sonora y un exceso de estilo en el clímax final para que nos olvidemos de esos conflictos que poco a poco se han vuelto menos interesantes. A pesar de esto, la película logra recuperar la atención del espectador, dejándonos con ganas de ver más escenas de este tipo junto con una narrativa más sólida.

CONCLUSIÓN

Desafiantes (Challengers) está disponible ahora mismo en todos los cines. Puedes ver el tráiler a continuación.

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