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MaXXXine | Análisis

(7/10) Recomendado

El final de la trilogía cinematográfica creada por Ti West, MaXXXine, llega con grandes expectativas después de los éxitos previos de X y Pearl. La película se ambienta en el vibrante y decadente Hollywood de 1985, siguiendo la vida de Maxine Minx (Mia Goth) mientras lucha por alcanzar la fama en medio de un entorno lleno de peligros y desafíos. Si bien West logra capturar la esencia visual y atmosférica de la época, la narrativa de MaXXXine se queda corta en comparación con sus predecesoras, dejando una sensación de insatisfacción que opaca los momentos de brillantez.

La trama de MaXXXine se centra en Maxine, quien tras sobrevivir a la masacre de X y enfrentarse a su pasado en Pearl, se encuentra ahora en Los Ángeles persiguiendo su sueño de convertirse en una estrella de cine. La película inicia con una audición exitosa para un papel en una secuela de terror, The Puritan II, pero rápidamente se ve sumida en una serie de asesinatos que amenazan su ascenso. Este escenario ofrece un campo fértil para explorar el lado oscuro de Hollywood y el impacto del trauma en Maxine, pero la ejecución falla en mantener una coherencia narrativa sólida.

Uno de los puntos fuertes de MaXXXine es la recreación detallada de la estética de los años 80. West, junto con el director de fotografía Eliot Rockett, logra capturar el ambiente sórdido y vibrante de Hollywood, con un uso eficaz de la música de la época y una cuidadosa atención a los detalles de vestuario y escenografía. La banda sonora, que incluye temas icónicos de artistas como Frankie Goes to Hollywood y Kim Carnes, añade una capa adicional de autenticidad y nostalgia a la película. Sin embargo, esta minuciosa recreación visual y auditiva no logra compensar completamente la falta de profundidad en la historia.

Mia Goth, una vez más, entrega una actuación impresionante como Maxine. Su capacidad para fusionar vulnerabilidad y determinación la convierte en el centro indiscutible de la película. Goth maneja con maestría las complejidades de su personaje, mostrando a una mujer que lucha contra sus demonios internos mientras se enfrenta a amenazas externas. Sin embargo, el guion de West no le proporciona suficiente material para explorar nuevas dimensiones de Maxine, dejando al personaje en un estado de estancamiento en lugar de evolución.

El elenco de apoyo, que incluye a Elizabeth Debicki, Giancarlo Esposito y Kevin Bacon, aporta interpretaciones sólidas, pero sus personajes a menudo se sienten subdesarrollados. Debicki destaca como la directora de cine obsesionada con su arte, mientras que Esposito y Bacon añaden un toque de sordidez y misterio a la trama. No obstante, la abundancia de personajes y subtramas dispersa el enfoque narrativo, restando impacto a las interacciones y conflictos principales.

West demuestra una vez más su habilidad para evocar estilos cinematográficos del pasado, inspirándose en los thrillers Gialli y las películas de explotación de los años 80. La película está repleta de referencias cinematográficas, desde la casa de Psicosis hasta guiños a películas de culto tipo serie B. Estas referencias, aunque inicialmente intrigantes, se vuelven excesivas y carecen de cohesión, diluyendo el impacto de la narrativa principal.

A pesar de sus puntos fuertes, MaXXXine sufre de una falta de tensión y dinamismo. La película promete un thriller psicológico intenso, pero el suspense se disuelve rápidamente debido a una estructura narrativa predecible y una revelación final que carece de sorpresa. La figura del asesino en serie, que debería ser una fuente constante de amenaza, se maneja de manera superficial, restando impacto a los momentos de horror y violencia.

El tratamiento del tema del empoderamiento femenino en MaXXXine es otro aspecto que merece mención. La película intenta abordar la lucha de Maxine por la autonomía y el control sobre su destino en un mundo dominado por hombres poderosos y peligrosos. Sin embargo, la ejecución de este tema se siente forzada y carece de la sutileza necesaria para ofrecer una crítica social verdaderamente impactante. En lugar de profundizar en las complejidades de la lucha de Maxine, la película opta por una representación más superficial y estilizada.

Uno de los aspectos más decepcionantes de MaXXXine es su final. La conclusión de la trilogía debería haber ofrecido una resolución satisfactoria a la historia de Maxine, pero en lugar de ello, la película se cierra con una serie de eventos predecibles y un desenlace que plantea más preguntas de las que responde. La falta de una conclusión fuerte y coherente deja a los espectadores con una sensación de incompletitud, socavando el impacto de toda la trilogía.

A pesar de sus fallos, MaXXXine tiene momentos de brillantez que destacan. Las escenas de violencia están bien ejecutadas y ofrecen destellos de la maestría de West en el género del horror. La película también tiene momentos de ingenio y humor negro que añaden un toque de ligereza a la atmósfera opresiva. Sin embargo, estos momentos no son suficientes para elevar la película por encima de sus deficiencias narrativas y temáticas.

En resumen, MaXXXine es una conclusión mixta para la trilogía de Ti West. La película destaca en su recreación visual y auditiva de los años 80, y Mia Goth ofrece una actuación memorable como Maxine. Sin embargo, la narrativa dispersa, la falta de tensión y un final insatisfactorio restan impacto a la película. Aunque MaXXXine tiene sus méritos, no logra estar a la altura de las expectativas creadas por X y Pearl, dejando a los espectadores con la sensación de que la trilogía podría haber terminado de manera más fuerte y coherente.

CONCLUSIÓN

MaXXXine llega a los cines el próximo jueves 11 de julio. Puedes ver el tráiler de lanzamiento a continuación.

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