(8.5/10) ALTAMENTE RECOMENDADO
Sonic X Shadow Generations ha resultado ser híbrido peculiar: a la vez un remaster y un remake que cumple con la nostalgia de los seguidores más fieles y el interés de los nuevos jugadores por la innovación en la franquicia. Al integrar una versión pulida del clásico de 2011, Sonic Generations, y una nueva campaña de Shadow con mecánicas frescas y audaces, el juego se convierte en un verdadero festín para los fanáticos de la saga. Sin embargo, el juego también plantea un debate sobre hasta qué punto Sega debería haber sido más arriesgada en el remaster de Sonic, puesto que las limitaciones de ese enfoque destacan aún más frente al innovador tratamiento de la historia y el gameplay de Shadow.
Gracias a SEGA LatinoAmerica por el código para prensa usado en este análisis.
Por un lado, Sonic Generations se mantiene fiel a la fórmula que le ganó el cariño de la audiencia hace más de una década. Aquellos que ya han explorado el juego en su versión original encontrarán los mismos niveles, enemigos y jefes, y aunque la esencia sigue intacta, ciertas áreas habrían merecido mejoras en el remaster. La experiencia es divertida y sólida, pero el diseño de niveles y algunos problemas técnicos que ya habían sido cuestionados en su tiempo no parecen haber sido abordados aquí, lo cual deja una sensación de desaprovechamiento. Al volver a visitar esta parte, el jugador se encuentra con la misma estructura de avance de niveles, enfrentamiento de jefes y mecánicas de ataque teledirigido, que si bien funcionan, dejan el juego algo estancado en el tiempo, especialmente en comparación con las mejoras significativas introducidas en Shadow Generations.
La verdadera estrella de esta colección es, sin duda, Shadow Generations, que toma los aspectos más destacados de Sonic Frontiers para renovar la experiencia con una atmósfera oscura y madura que resuena con la historia del personaje. Shadow Generations añade un peso emocional significativo y ofrece a los jugadores un tipo de narrativa y desarrollo que el personaje había estado esperando. La elección de situar su historia en Space Colony Ark le da un aire de misterio y nostalgia a la vez que explora el trauma y el conflicto interno de Shadow, una narrativa que expande el universo de Sonic sin caer en dramatismos excesivos o fuera de lugar.
La jugabilidad en Shadow Generations aprovecha un diseño de niveles mucho más abierto y ambicioso que el que habíamos visto en Sonic Generations. Desde los primeros minutos, Shadow cuenta con sus poderes de Doom, una serie de habilidades que incluyen proyectiles, mayor altura en los saltos y, en fases avanzadas, la capacidad de volar, lo cual amplía el abanico de posibilidades en cada etapa. Gracias a estos poderes, los niveles se sienten dinámicos y adaptables, permitiendo al jugador explorar y superar desafíos a su ritmo, sin la imposición de rutas estrictas que caracterizan a los niveles de Sonic. Esta libertad para abordar los escenarios en distintos caminos eleva la experiencia, permitiendo una conexión más profunda con las habilidades y el estilo propio de Shadow, quien se siente genuinamente distinto a Sonic, en vez de ser simplemente una variación del mismo personaje.
Un aspecto que no pasa desapercibido es la banda sonora de Shadow Generations. Sega ha sabido capturar la esencia de Shadow con un estilo que mezcla rock y electrónica, con melodías cargadas de intensidad que acompañan perfectamente los enfrentamientos y los momentos de introspección del personaje. “All Hail Shadow” se destaca como un tema principal que encapsula la identidad del personaje y su historia. Aunque la banda sonora de Sonic Generations también es icónica y cuenta con versiones remasterizadas de temas clásicos, la música de Shadow logra un nivel de inmersión superior, especialmente en aquellos momentos donde los eventos del pasado de Shadow convergen con su presente.
Los Challenge Acts, que regresan en esta entrega, también brindan una oportunidad para probar las habilidades de Shadow en niveles de dificultad superiores. No obstante, la estructura obligatoria de completar ciertos desafíos antes de avanzar en la historia puede resultar frustrante para algunos jugadores, especialmente cuando ciertos retos exigen precisión y repetición. Si bien los Challenge Acts añaden variedad al juego, es innegable que algunos de estos desafíos pueden llegar a romper el ritmo narrativo y ralentizar la progresión de manera innecesaria, algo que habría sido más adecuado como contenido opcional en vez de obligatorio.
Uno de los aspectos más impresionantes de Shadow Generations es la estabilidad y consistencia en el gameplay. A diferencia de Sonic Generations, donde los ataques teledirigidos no siempre responden con la precisión necesaria y los controles en niveles 3D pueden resultar un tanto restrictivos, los movimientos de Shadow se sienten mucho más precisos y naturales. Su control responde de forma fluida, lo que hace que cada habilidad de Doom se integre orgánicamente en el flujo de juego, sin fricciones. Este detalle técnico hace que la experiencia sea más envolvente y que el jugador pueda experimentar los niveles sin sentirse limitado por el diseño o los controles, un logro que debería considerarse en futuras entregas de la franquicia.
Shadow Generations, a diferencia de Sonic Generations, también explora la madurez narrativa con diálogos que reflejan la profundidad del personaje, aunque, de vez en cuando, algunas líneas pueden sonar algo acartonadas. La dirección de la historia, sin embargo, es lo suficientemente potente como para sobrellevar esos momentos menores, mostrando un Shadow introspectivo y vulnerable. Sega parece haber encontrado un equilibrio entre el dramatismo de su pasado y la acción inherente de la franquicia, algo que ha faltado en los juegos de Shadow desde hace mucho tiempo.
En cuanto a Sonic Generations, aunque la fidelidad al material original será bien recibida por los puristas, existen elementos que podrían haberse ajustado o incluso eliminado para brindar una experiencia más sólida. Por ejemplo, las batallas contra jefes, que siempre fueron vistas como el punto débil del juego, se mantienen intactas, lo cual resulta decepcionante considerando el nivel de mejora que ha tenido Shadow Generations en este aspecto. Además, algunos glitches y fallos que caracterizaron la experiencia original, como el fallo ocasional en el ataque teledirigido, siguen presentes, lo cual interrumpe la fluidez de los niveles más complejos y puede generar cierta frustración.
A lo largo de las siete horas de juego, Shadow Generations se convierte en una experiencia completa y satisfactoria, mientras que Sonic Generations es un viaje de nostalgia que, si bien es disfrutable, no logra brillar tanto en comparación. Esta diferencia hace que el regreso a Sonic Generations luego de la intensa campaña de Shadow resulte como un paso hacia atrás, en lugar de una transición fluida. Si Sega se hubiera permitido más libertad en las mejoras para Sonic, ambos personajes habrían podido compartir el escenario con una consistencia más notable.
La inclusión de los nuevos poderes de Doom de Shadow y la libertad en el diseño de niveles también ponen en perspectiva cuánto ha evolucionado la franquicia hacia un diseño más abierto. Este cambio ha permitido a Shadow ser el protagonista que siempre mereció ser, y Sonic, aunque sigue siendo el personaje principal de la franquicia, debería inspirarse en esta dirección. La libertad de movimiento y los caminos alternativos crean un contraste interesante con la linealidad de Sonic Generations, subrayando la necesidad de más adaptabilidad en futuros remasters o remakes de la serie.
Si bien la remasterización de Sonic Generations es una fiel representación de su tiempo, algunos problemas técnicos menores y el estilo de juego más restrictivo evidencian que Sega podría haberse tomado más riesgos, o al menos pulido ciertos elementos. Esto no solo haría justicia al legado del juego, sino que ayudaría a los nuevos jugadores a entender por qué el título fue tan amado en su momento. En este sentido, Sonic Generations es una experiencia divertida, aunque un tanto limitada en comparación con el innovador tratamiento de Shadow.
Con Sonic X Shadow Generations, Sega parece estar probando el terreno para una aventura futura centrada en Shadow. Al ver cómo el personaje y sus mecánicas de juego han sido tratados en esta entrega, es evidente que hay potencial para un juego completo de Shadow. Esta combinación de remasterización y remake demuestra que los fans de Sonic buscan un equilibrio entre el homenaje al pasado y la introducción de ideas frescas y audaces.
En su conjunto, Sonic X Shadow Generations ofrece una doble experiencia que sabe equilibrar la nostalgia con la innovación, dándonos tanto una fiel remasterización de Sonic Generations como un audaz remake con Shadow. Esta dualidad resulta interesante, aunque queda claro que Shadow Generations lleva la delantera en diseño, narrativa y jugabilidad, destacando un camino hacia el futuro que Sega debería explorar en entregas futuras.
CONCLUSIÓN
Sonic X Shadow Generations entrega una mezcla explosiva de nostalgia y reinvención: mientras que la mitad de Sonic permanece fiel al clásico de 2011, el rediseño de Shadow brilla como una audaz renovación, con niveles más abiertos y el dinamismo de los nuevos poderes Doom que enriquecen cada tramo de la aventura. A pesar de que la falta de mejoras en los jefes y controles de Sonic Generations lo hagan sentirse como un paso atrás frente al avance de Shadow, este paquete se consolida como un homenaje bien logrado que mira hacia adelante. Sega, sin duda, da pistas de que el futuro de Shadow merece ser independiente: un retorno de sombras que redefine la velocidad.
Sonic X Shadow Generations está disponible ahora mismo en todas las consolas de la familia Nintendo Switch, en PC a través de Steam y Epic Games Stores. También en PlayStation 4|5, Xbox One y Xbox Series X|S. Puedes ver el tráiler de lanzamiento a continuación.