Ahora que los desarrolladores están animando a quienes pudimos probar el acceso anticipado de Suicide Squad: Kill the Justice League gracias a Warner Bros. Games, puedo al fin expresar los sentimientos mezclados que ha provocado en mi jugar la nueva obra de Rocksteady, título que carga con la mochila de ser continuación de la saga Batman Arkham, espero que mis opiniones como fanáticos de DC Comics puedan dar un panorama diferente al del que probablemente sea el juego más críticado negativa por la prensa especializada que sorpresivamente han ido de la mano con el poco entusiasmo por parte de los fanáticos.
En mi opinión, la integración de mecánicas de live service en una franquicia orientada a la narrativa en un mundo abierto no debería significar algo negativo, y siendo una simple alpha la versión que he probado, no puedo saber si Suicide Squad: Kill the Justice League lo hace mal en ese aspecto. Mi esperanza es que una vez lanzado, surgan jugadores con la suficiente mente abierta para sumergirse en sus mécanicas. Basándome en lo que he jugado, espero que «Kill the Justice League» sea bien recibido por los fanáticos de DC Comics cuando llegue en un par de semanas, más que todo por su componente a narrativo que en el apartado historia resulta interesante desde el primer minuto y el contexto de una Justice League derrotada, aunque trillada, puede resultar intrigante.
Algunos elementos que siento pueden redimir a Suicide Squad: Kill the Justice League si tienes paciencia, son los miembros del escuadrón y sus interacciones, ya que en general tienen buena química y resultaron más divertidos de lo que esperaba. Y si en algo es bueno Rocksteady, es en la escritura de personajes y construcción de mundo, siendo Harley Quinn la más beneficiada pues en ella se demuestra el gran cariño que tiene el estudio por los villanos de Batman.
Lamentablemente, para muchos jugadores será difícil reconocer el trabajo de los desarrolladores que en 2009 con Batman Arkham establecieron un nuevo estándar para los juegos licenciados de superhéroes, bajo las excesivas capas de jugabilidad live service que el juego tiene. Basicamente Suicide Squad: Kill the Justice League pone un gran énfasis en el desplazamiento y la verticalidad, pero el primero es demasiado lento y el segundo carece de fluidez, haciendo que el mundo se sienta estéril y vacío. El sistema de balanceo de la cuerda de Harley se siente como si intentaras jugar de generaciones pasadas, y este es tan solo uno de los problemas del juego.
En este punto ya no nos siver seguir comparando Suicide Squad con Spider-Man o Batman Arkham Knight, pero no es solo porque sean juegos basados en personajes diferentes con objetivos más diferentes aún, sino que Suicide Squad: Kill the Justice League ha hecho del desplazamiento una parte tan importante de su identidad, y en todo lo que he jugado nunca me he sentido cómodo moviéndome, sin mencionar las molestas restricciones del escenario. Cada personaje tiene una forma de saltar grandes obstáculos y recorrer el escenario, pero a diferencia de Batman en Arkham Knight con su efecto latigazo para seguir saltando. Suicide Squad solo te da dos o tres impulsos antes de que requiera volver a cargar.
La lógica manda que eventualmente desbloquees mejoras para darte un poco más de impulso, pero a nadie le gustaría ver a Harley Quinn balancearse erráticamente para caer de un precipicio luego de chocar con un muro invisible. En ese sentido, Suicide Squad no provoca la sensación de meterte en la piel de estos personajes tal y como lo hacía Batman Arkham, en cambio los personajes necesitan los accesorios de mejores personales a los cuales nunca tendremos acceso.
Justamente no tener a la Justice League disponible es producto de un truco narrativo barato para forzar una jugabilidad deficiente, lo que como historia en un cómic puede funcionar, en un juego ya no es así. Luego está el combate, que desde su concepción ya es problemática debido a la gran dependencia de las armas, probablemente como resultado de trabajar hacia atrás desde querer ofrecernos dispositivos para mejorar en lugar de enfocarse en lo que este juego y género necesitan, pero ni siquiera es una buena versión de acción con armas, como si lo fue en Arkham Knight, juego que si supo explotar todos los artilugios de Batman.
Cuando Batman se enfrentaba a oleadas interminables de matones, al menos parecía construir hacia algo, y siempre había cosas nuevas que probar, mientras que cada arena era diferente. Suicide Squad: Kill the Justice League parece contentarse con tejados vacíos y abiertos donde disparar balas desde la distancia eventualmente hace el trabajo. Los poderes que ganamos, como el golpe sísmico de King Shark, no ofrece suficiente variedad y a la larga resultan inútiles forzándote al combate cuerpo a cuerpo antes de retirarte inmediatamente. En general todo este sistema está mal equilibrado y es el apartado más débil transformando lo que debería ser un juego de superhéroes un uno más de disparos.
Suicide Squad: Kill the Justice League estará disponible a partir del 2 de febrero en PlayStation 5, Xbox Series X|S, y en PC a través de Steam y Epic Games. Puedes ver el tráiler «No More Heroes» a continuación.