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Tiny Thor | Análisis (Nintendo Switch

(7/10) Recomendado

Tiny Thor nos cuenta el viaje de un joven Thor, que recibe el poderoso martillo Mjönir de manos de su padre, Odín, como regalo conmemorativo por su octavo cumpleaños. Este evento, que tiene lugar justo al comienzo del juego, sirve como punto de partida para la historia que, como es de esperar, va mucho más allá de la simple celebración e involucra al Ragnarök. Aunque es completamente secundaria, la narrativa lleva un pequeño mensaje de la maduración de una deidad, mientras que al mismo tiempo presenta un equilibrio interesante entre una aventura juvenil y una serie de desafíos enfocados en plataformeo y precisión.

Gracias a Gameforge 4D por el código para prensa usado en este análisis.

A lo largo del juego, Tiny Thor introduce más personajes de la mitología nórdica, como los cuervos Hugin y Munin, quienes asisten al joven dios en su gran parte solitaria búsqueda por hallar coraje, determinación y autosuperación con el fin de evitar la catástrofe del fin del mundo. Conforme avanzamos, exploramos nuevos reinos, nos enfrentamos a variados enemigos y opositores, ampliamos nuestras habilidades, como el salto doble y el salto de pared, y avanzamos en el juego. Además, las trascendentales batallas contra jefes son un componente vital de la narrativa, proporcionando la oportunidad de profundizar aún más en el carácter del joven Thor al revelar su inquebrantable tenacidad y valentía ante diversos desafíos.

Tiny Thor destaca principalmente por su mecánica del martillo Mjölnir. Este martillo permite diversas tácticas y acciones, como lanzamientos libres, rebotes en superficies y enemigos, lo que da lugar a una variedad de lanzamientos complejos, y no se pierde en el mapa, rebota mientras avanza la cámara. Además, resulta crucial para recolectar gemas azules, la moneda del juego, usada para comprar y mejorar habilidades, y para resolver acertijos que conducen a gemas rojas, necesarias para acceder a etapas especiales. Estos acertijos, predominantemente de naturaleza ambiental, desafían la inteligencia y la agilidad mental del jugador. Aunque Tiny Thor es un juego de plataformas de precisión donde es común fallar en los primeros intentos, las cargas instantáneas y la comprensión gradual de los desafíos brindan una experiencia gratificante.

Las batallas contra jefes emergen como un componente crucial no solo en la narrativa, sino también en la dinámica del juego, ya que cada jefe presenta mecánicas únicas que demandan enfoques tácticos distintos para su derrota. Estas batallas complementan cada reino y se entrelazan con el entrenamiento enfrentando enemigos a lo largo del camino. No obstante, la previsibilidad de los movimientos de la mayoría de los enemigos puede restar dinamismo y conducir a la rutina, y las fases de desafío, centradas en recolectar gemas rojas, tienden a volverse menos atractivas con el tiempo, ya que el jugador memoriza las rutas necesarias para superarlas.

Los audiovisuales de Tiny Thor desempeñan un papel esencial en la atmósfera general del juego. Sus gráficos pixelados de 16 bits capturan la esencia retro con meticulosidad, evocando una sensación nostálgica que a la vez resulta familiar y novedosa. A pesar de cierta repetición en algunos elementos visuales, esto no disminuye el atractivo general de los gráficos, que logran capturar la esencia de la aventura de Thor. La banda sonora original añade carácter al juego, aunque su tendencia a volverse monótona con el tiempo podría desalentar a algunos jugadores, especialmente aquellos que esperan referencias a las melodías vikingas más tradicionales. A pesar de esto, los efectos de sonido, como el golpe y el rebote de Mjönir, contribuyen a la inmersión y acentúan la sensación de poder asociada a la icónica arma.

Finalmente Tiny Thor destaca como un juego de plataformas de precisión que sobresale en múltiples aspectos. Su intrigante narrativa sigue el viaje del joven Thor al asumir la responsabilidad de Mjönir, añadiendo un componente emocional al juego. A pesar de algunos problemas en su mecánica, ofrece una experiencia desafiante y gratificante, gracias a la utilización estratégica de Mjönir, las batallas contra jefes y los acertijos ambientales que mantienen el juego dinámico y cautivador. Aunque algunos elementos audiovisuales se vuelven repetitivos, en conjunto, crean una inmersión sólida. Los gráficos de 16 bits generan un mundo nórdico detallado, mientras que la música y los efectos de sonido contribuyen a la atmósfera. A pesar de que la banda sonora podría ser más variada e inspirarse en las tradiciones vikingas, Tiny Thor resulta una opción atractiva, especialmente para los amantes de los juegos de plataformas de precisión con un toque retro, y a pesar de sus pequeñas deficiencias, aporta significativamente al género.

CONCLUSIÓN

Tiny Thor cumple con ser un más que correcto homenaje a los juegos de 16 bits gracias a su hermoso pixel art y sus mecánicas de precisión y plataformeo con el martillo, sin ser estas las más novedosas o estar tan bien púlidas como uno desearía, si logran darle un grado adicional de desafío que se ve potenciado por su tématica nórdica.

Tiny Thor está disponible ahora mismo en Nintendo Switch y PC a través de Steam. Puedes ver el tráiler de lanzamiento a continuación.

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